El amor y las mujeres
Me llama mucho la atención el asunto del amor y las mujeres, esto a colación por el comentario de una amiga: "Es es una como mujer, es muy diferente a los hombres, una para poder acostarse con un hombre debe de amarlo y los hombres no, ustedes se acuestan con cualquiera". Yo solo le afirme, sin embargo esta creo que es una de las grandes mentiras que más se han encargado de difundir las más afectadas: las mujeres.
Por qué esto, es que para los hombres nos es muy cómodo decir: mira tu no puedes cogerte a nadie porque no lo amas, sin embargo mi naturaleza es distinta y ella nos lleva, es más, nos obliga a cogernos todo lo que pase por delante de nosotros. Esto a primera vista parece muy tonto, pero igual miramos a las mamás justificar la conducta de su hijos y cuando la hija le reclama los mismos derechos le dicen sabiamente "dejálo, él es hombre". Y cuando se quejan de que marido les pone el cuerno tambien frente a su mami, ella les contesta juntando años de sabiduria: "es hombre, dejálo, vas a ver que vuelve". Es dceir nos dan el permiso de hacerlo y se lo nuegan ellas mismas.
A esta misma compañera hace unos dias, por azares del detino, le mire una conversación que tenía por el msn:
Ella: Te vas a casar?
El: Si, en un mes
Ella: Se casa el hombre más bello que conozco
El: Si quieres me puedes aprovechar, que te parece un masaje como el que te di la vez pasada, esta vez podemos usar aceitito de bebe, que te parece?
Ella: Por mi encantada
Y hasta hí la conversación. Se imaginan, los sentimientos son iguales, igual a ellas se les antoja un hombre atractivo si lo miran, solo que ellas lo comentan en sus propios corrillos, solo que ellas son más aventadas y se los llevan a la cama cuento antes; pero ante la sociedda, ante los demás siguen defendiendo el clásico mensaje: "dejálos, son hombres". Y si se enterán que un hombre se coge a varuias chicas no hay problema, pero si se enteran que una chica se coge a varios hombres de puta no la bajan y la queman casi en leña verde; en fin ellas limitan sus derechos, aunque en el fondo sean mucho más atrevidas.
Un hombre común